juego va, juego viene.....
- Natalia Lázaro
- 14 mar 2019
- 3 Min. de lectura
Generalmente el juego, luego de la etapa preescolar, queda excluido y reducido a una simple actividad “recreativa”. En la actualidad la pedagogía tradicional divide “lo serio”, o sea la adquisición del conocimiento, del juego. Perdiendo de foco la importancia y el aporte que el juego tiene en la vida de las personas.
San Agustín afirma que “el juego es eminentemente educativo en la medida en que es el resorte de nuestra curiosidad por el mundo y por la vida, el principio de todo descubrimiento y de toda creación.”
Según Vigotsky, “el juego es la escuela de la vida del niño, lo educa espiritual y físicamente; su importancia es enorme para la formación del carácter y la comprensión del mundo del hombre futuro. El juego podemos analizarlo con la forma primaria de escenificación o dramatización, que se distingue por la valiosa particularidad de que el artista, el espectador, el autor de la pieza, el escenográfo y el técnico se unen en estos casos en una misma, persona. En el juego la creación del niño tiene carácter de síntesis, su esfera intelectual, emocional y volitiva esta estimulada con la fuerza directa de la vida al mismo tiempo sin tensión excesiva de su psiquis.”
Daniel Calmels nos dice: “En el juego se despliegan sentimientos de amor y hostilidad. En el jugar no sólo se ordenan internamente los sentimientos difícilmente aceptados como propios, sino, y principalmente, se exhibe, se muestran ante diversos espectadores.” Además, plantea que “uno de los fenómenos motivacionales del juego es el interés por encontrar o reencontrar una relación corporal con el otro, en todos los sentidos que el término corporal soporta. Relación que va desde el contacto (de la caricia al golpe), pasando por el placer del movimiento, por el juego de las miradas, por los cambios actitudinales, etc. Tanto en el niño como en el adulto esta necesidad se actualiza con facilidad. Muchos juegos de mano esconden esta necesidad.”
Winnicott al preguntarse por qué juegan los niños, nos responde que:
- lo hacen por placer, ya que les gusta hacerlo, gozan de las experiencias físicas y emocionales del juego; - lo hacen para expresar agresión: la agresión es parte del niño y no debe ocultarse ni negarse; - lo hacen para controlar la ansiedad;
- lo hacen para adquirir experiencia, el niño desarrolla su personalidad a través del juego. - lo hacen para establecer contactos sociales; - lo hacen para integrar su personalidad y; - lo hacen para comunicarse con los otros.
Tomando lo expresado anteriormente, el juego prueba la capacidad creadora que significa estar vivo; inicia relaciones emocionales y permite desarrollar el contacto social; tiende a la unificación e integración de la personalidad, ya que establece un vínculo entre la relación del individuo con la realidad personal interna y su relación con la realidad externa o compartida. Es donde se relacionan las ideas con la función corporal. El juego puede ser muy revelador y comunicar en un nivel profundo. "Jugar es un hacer, jugar es fundar un orden".
En nuestras clases de Bioioga

el juego tiene un lugar importante, por todo lo expresado y porque el factor lúdico proporciona un detonante energético fundamental: la alegría. El juego nos abre la puerta a trabajar todas las líneas de vivencia. Además, el juego es universal, corresponde a la salud, facilita el crecimiento y conduce a las relaciones del grupo y a la comunicación consigo mismo y con los demás.
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