Escuela Post Pandemia
- Natalia Lázaro
- 17 ago 2020
- 3 Min. de lectura
Los giros sociales, económicos y emocionales han puesto patas para arriba la mayoría de nuestras estructuras mentales pero sobre todo las emocionales.
Esta pandemia ha generado en el ser humano un cambio de perspectiva sobre el modo que venimos estableciendo nuestro modus operandi. El 99,9 por ciento de los confinados al menos una vez se ha preguntado por qué estamos en medio de esta tragedia mundial?
Y es que hasta el perro de casa no ha entendido por qué está toda la familia junta todo el tiempo dentro del hogar.
Las mil maneras en que han llamado la nueva modalidad de trabajo: online, mixta, híbrida, telemática no deja a nadie sin reflexionar.
Tampoco queda fuera de esta auto reflexión la tarea docente, que seguramente tras millones de reuniones de claustro o equipos directivos online se ven ante un nuevo desafío, la educación post pandemia, o como prefiero llamarla la educación in-pandemia, ya que conviviremos con ella por bastante tiempo.
Hoy es el momento ideal para replantearnos el rol docente, siglo XXI, tecnología de punta, acceso a internet, sobre información y casi 0 relaciónes afectivas presenciales.
Un mundo infantil y adolescente que lo tiene todo, pero a nivel relacional y emocional posee grandes rasgos de pobreza.
Estas nuevas pobrezas que evidencian muchos de nuestros niños y jóvenes actuales, son analizadas por distintas disciplinas y convalidadas en las consultas médicas.
La desmotivación, la apatía, el aburrimiento y todos sus parientes próximos, como el desinterés y la desilusión, parecen asentarse sobre una pérdida general del significado y sentido de la vida.
Pareciera cobrar cada vez más vigencia la necesidad de pensar en educar para la incertidumbre, para la creatividad asociada con ella, educar para dar sentido, educar para una convivencia que articule la participación y el afecto, el respeto y la apertura hacia el otro aunque sea diferente.
Este siglo XXI parece exigirnos enseñar y aprender a activar los propios recursos, a pensar por nosotros mismos y a confiar en las propias posibilidades, teniendo en cuenta al otro en un vínculo de equidad y solidaridad.
Familias y escuelas venideras deberán reinventarse una vez más, tomando como centrales los cuidados mutuos entre sus miembros, las expresiones de afecto, la protección, la prevención de riesgos, la consideración de las emociones de todos y toda forma de convivencia en la que se aprenda a respetarse y a respetar a los otros." el afecto, el respeto y la apertura hacia el otro aunque sea diferente.
Los docentes como agentes transformadores de la cultura y los valores tienen hoy el gran desafío de replantearse su rol ante una sociedad y una generación en cambio permanente.
Acompañar , ayudar y apoyar a los alumnos en el descubrimiento y desarrollo de sus potencialidades , sus talentos, y vocaciones a través de actividades creativas donde puedan poner en juego competencias y habilidades . Entender a la orientación vocacional no como un proceso de los últimos años de la escuela secundaria sino como uno que se lleva adelante durante toda la escolaridad
El liderazgo debe estar comprometido con la calidad educativa para impulsar buenas prácticas pedagógicas y generar un aprendizaje colaborativo mediante la buena comunicación con los padres de familia, los tutores docentes y los recursos de la comunidad.
Nuevos tiempos educativos están en la puerta del nuevo ciclo escolar, el aprendizaje cooperativo puede incrementar el poder legítimo del profesor siempre que las razones educativas de la innovación, y los criterios de su aplicación, sean suficientemente comprendidos, incluso consensuados con el alumnado, las familias y toda la comunidad educativa.
La pandemia debería generar lo que estamos olvidando en este mundo vertiginoso, redes de contención que vuelvan a unirnos en una gran tribu de solidaridad, cooperación, respeto y amor por el prójimo.

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