LA ESCUCHA ACTIVA

Esta semana quería hablarles de la escucha activa, una de las herramientas más poderosas del Mindfulness.

En los encuentros de escucha activa siempre les pregunto a los niños y niñas si saben por qué el universo nos ha dado dos orejas y una boca, y no puedo dejar de admitir que me encantan las caras con las que se me quedan mirando……como diciendo y ésta que me quiere decir.

Pero para mí es el pie para decirles que el universo es tan sabio que nuestra verdadera naturaleza es escuchar más y hablar menos.

Desde aquí surgen nuestras propuestas para que comprendan que la escucha activa consiste a atender la totalidad del mensaje que se recibe cuando un amigo nos hala, cuando un profe nos explica o cuando alguien de la familia intenta comunicarnos algo importante.

Por eso también les preguntamos sobre la diferencia entre oir y escuchar:

Oír: es todo el sonido que podemos captar de manera fisiológica a través del oído.

Escuchar: implica un proceso activo donde actúan nuestros sentidos, así como nuestra parte intelectual y afectiva. Escuchar es un arte más complejo que hablar y como es un arte también se aprende.

Escuchar requiere esfuerzo, voluntad, concentración y sobre todo respeto.

Desde Bioioga promovemos la escucha activa como enlace directo a la empatía, para nosotros constituye uno de los mejores recursos que podemos utilizar para mejorar nuestras habilidades de comunicación, contribuyendo a mejorar la calidad de los vínculos, ya sean sociales, familiares o profesionales.

Si los niños y niñas aprenden esta herramienta valiosa desde edades tempranas estamos fomentando relaciones basadas en el respeto, la empatía y la comprensión.

El silencio es un componente esencial en la escucha activa: guardar silencio no significa estar ausente. Implica mantener una postura atenta, abierta y relajada, con una mirada que indique al otro que estamos aquí y ahora para escucharles y que lo que nos quiere decir nos parece verdaderamente interesante..

Tenemos que practicar el “silencio” que es sin duda la mejor escucha reflexiva.

Pero al silencio lo dejamos para la próxima semana.